lunes, 10 de marzo de 2014

Clase sobre: la comunicación de masas (el hombre masa y su auge)

Comunicación de masas
 
El hombre masa lo definen un montón de características, entre ellas tenemos:
1.       Es propenso de hacer de las cosas banales las más importantes
2.       Desestima al intelectual
3.       Prefiere vivir bajo autoridad
4.       No le interesa nada, ni su vida, ni su fin último: ser feliz.
5.       No apela a nada, no es capaz de actuar, no reacciona
6.       Se cree autosuficiente por el hecho de tener conocimiento parcial de las cosas
7.       Hace saber lo que piensa, impone su criterio sin más.

La masa como hombre

De acuerdo a Ortega y Gasset  ¿Qué es la masa?

Es un hecho psicológico, esto quiere decir que no tiene nada que ver con la cantidad. Masa es todo aquel que no se estima y se siente cómodo con lo que es.

En resumen masa es aquel que entre los hombres no se diferencia.

¿Por qué decir que la masa es un hecho cualitativo?

 Porque como se ha explicado antes no tiene que ver con la cantidad de hombres sino con la calidad del hombre. Por ejemplo: yo puedo decir que una pareja es masa, son hombres masas, macho y hembra. ¿Por qué? No se comunican, no reaccionan, no les interesa más que lo les permita continuar siendo lo que son.
Se dice que en la actualidad es una moda ser un hombre masa, esto se debe entre otras cosas al desarrollo de tecnologías que han propiciado en el humano la incapacidad de conectarse consigo mismo.

¿Lo normal de la vida del hombre en sociedad es la masa?
No, el hombre por naturaleza es un ser razonante, capaz de llegar a su fin último: la felicidad. El hombre masa no logra esto.

¿Cómo surgió la sociedad de masas?

Surgio a finales del siglo XIX en una época de supuesta plenitud, caracterizada por:

1.       Aumento de la tasa de natalidad y descenso de la tasa de mortalidad
2.       Hay una expansión económica
3.       Gracias a la expansión económica hay mayor nivel adquisitivo
4.       Altos niveles de organización en el estado
5.       Europa se convierte en una gran potencia
6.       Avances a nivel tecnológico y científico

Ante toda esta época de bienhechurías las personas en lugar de sentirse agradecidos por el gran avance que les había permitido mejorar en diversos sentidos su calidad de vida, parecen sentir que todo esto provenía del cielo y no era producto del trabajo arduo del otro.
A finales del siglo XIX el hombre se vuelve consumista y se impone la creencia de que el estado lo debe dar todo.

2DA CLASE

En la sociedad de masas el mundo deja de significar pobreza, el hombre se vuelve en cierto sentido mimado, consumista, no valora la realidad, se vuelve mediocre, flojo y tienden por costumbre al bienestar sin esfuerzo. El hombre masa se vuelve genérico.

Origen y desarrollo de las sociedades de masas

Augusto Aponte señala que para aquel entonces el hombre “prefería lo preciso frente a lo relativo”  Desea más allá de análisis, el conocimiento práctico y útil.

Con la aparición de este pensamiento las personas se vuelves vacías y la cultura comienza a decaer. El pensamiento se expande,  surgen iguales maquinarias mentales lo que conlleva a los mismos gustos y tendencias esto contribuye con la: Aglomeración de las masas.

La situación por otra parte se agrava más aun cuando; las personas de vida rural tienen acceso a los servicios y se mudan al mundo urbano, allí terminan perdiendo su cultura, los medios logran tener GRAN influencia sobre ellos = surge el hombre masa.

Es importante señalar que los medios solo son transmisores de criterios culturales, la persona permite que tanto el medio puede llegar a influirle.

La cultura se ve popularizada por lo que la aglomeración de las masas se hace presente.

Criticas que se hacen:

1.       El auge económico no es igual al nivel intelectual de las personas
2.       Se degrada la cultura, lo bueno, lo bello.
3.       Hay un exceso de información que propicia la desinformación.
4.       Surge una edad del hombre como adolescente: No hay responsabilidades
5.       La persona no es integra
6.       Hay una despersonalización
7.       El mercado se convierte en el árbitro de lo justo.

LA COMUNICACIÓN DE MASAS

Se caracteriza por la existencia de un receptor disperso, un mensaje estándar, un emisor que desconoce al receptor, un feedback limitado

¿La comunicación social supone como receptor a un hombre masa? NO.


Las películas de Disney bien parecen estar cargadas de moralejas y  puede que a primera vista quizás no nos demos cuenta que estas están muy bien elaboradas. No es la primera vez en la que una producción animada sirve de ejemplo para comprender la materia de Teoría de la comunicación y además para conocer lo que guarda en su esencia el humano, que muchas veces hasta el mismo desconoce.

En esta oportunidad me refiero a la película El Rey León, hare una similitud entre los conceptos estudiados de acuerdo al hombre masa y la actitud que toma Simba (el león) a lo largo del video.

Primeramente debemos reconocer algo, en la película Simba huye de su hogar, de su entorno y se refugia en un nuevo mundo que conoce gracias a otros animales (Simón y Pumba). Examinando esto podemos relacionar el abandono de su cultura que hace el hombre masa debido a las condiciones socio-económicas de la época. Entendiendo a la cultura como el conjunto de ideas que configuran al hombre y lo hacen ser quien es, e n el caso de Simba, las circunstancias lo llevaron a refugiarse en una cultura que de principio no era suya, es como si se hubiera convertido en masa, porque se deja llevar por principios, normas, costumbres que no lo caracterizan en su totalidad, pero que bien sabe disfrutar. Con el hombre masa pasa exactamente lo mismo, la expansión económica de Europa lo lanza a un nuevo mundo, una nueva cultura, se deja seducir y llevar por las ideas que dominan el mercado, los medios, entonces termina alejándose de su esencia, su ser.

Es lógico que luego que esto suceda, el hombre masa, que abandona lo que en un primer momento fue, termine vacío, sin principios, ideales, pensamientos que lo configuren y lo hagan a si mismo integro, en su lugar es solo un títere de las ideas, las modas de otros. Por ello se siente solo pero al mismo tiempo autosuficiente aunque en el fondo no lo sea.  Afortunadamente Simba tuvo a alguien que le advirtiera que se estaba convirtiendo en masa por el hecho de haber abandonado lo que en un primer momento era. Para Simba el afrontar esta realidad se le hace tan difícil como al hombre masa actual, se le hace reconocer el hecho de que se ha convertido en una ficha más, en un hombre más, indistinto de los demás. Sim embargo Simba rememora su pasado, de donde proviene, lo que le hace preguntarse verdaderamente quien es ; en un escenario optimista el hombre masa podría preguntarse la misma cuestión de Simba y muy probablemente reconozca que se comporta como alguien que en el fondo nunca fue, solo se ha convertido en un estereotipo más.

El hombre naturalmente nació para razonar, combatir ideas y a partir de eso compartir realidades con el otro, logrando así, primeramente la felicidad y luego el alcance de la verdad que conlleva a la felicidad misma. Vivir errado de por vida, cerrándonos a lo que de por sí esencialmente somos nos aleja de nuestro fin último.  Igualmente queda demostrado cuando en la película Simba logra gracias a sus recuerdos, enfrentar esa comodidad que lo hacía ser masa, para volver a su cultura, a su esencia como tal, y es de esta manera que nuestro personaje logra no solo vencer ese “hombre masa” (en esta caso animal masa) que existía en él, sino que logra actuar de manera valiente, integra, honesta, logra valorar la realidad tal y como es y finalmente logra vencer los obstáculos que le impiden ser feliz. Cosa que el hombre masa, en definitiva, no sería capaz de hacer.


Resumen de La Rebelión de las Masas


I EL HECHO DE LAS AGLOMERACIONES

En Europa se vive una crisis: la rebelión de las masas.
No ha y que estudiar este hecho como algo exclusivamente político, hablamos de cultura, moralidad, intelectualidad, etc.
En todo lugar hay una civilización, hay gente, comportándose como tal.
Pero de donde sale tanta gente? La respuesta es sencilla, la gente preexistía pero ahora todos se han aglomerado en un solo lugar.
La muchedumbre se ha adueñado de todo.  Entendiéndose a la misma como es la cualidad común, es lo mostrenco social, es el hombre en cuanto no se diferencia de otros hombres, sino que repite en sí un tipo genérico. Lo que caracteriza a la muchedumbre y lo diferencia de los grupos sociales es que cada uno de sus integrantes tiene deseos comunes.

“Masa es todo aquel que no se valora a sí mismo -en bien o en mal- por razones
especiales, sino que se siente «como todo el mundo» y, sin embargo, no se angustia, se siente a saber al sentirse idéntico a los demás” Masa no es minoría.

La problemática que se plantea es que la masa suplanta a las minorías”


“Lo malo es que esta decisión tomada por las masas de asumir las actividades propias de las minorías no se manifiesta, ni puede manifestarse, sólo en el orden de los placeres, sino que es una manera general del tiempo”

La masa presumía que, al fin y al cabo, con todos sus defectos y lacras, las minorías de los políticos entendían un poco más de los problemas públicos que ella. Ahora, en cambio, cree la masa que tiene derecho a imponer y dar vigor de ley a sus tópicos de café. Yo dudo que haya habido otras épocas de la historia en que la muchedumbre llegase a gobernar tan directamente como en nuestro tiempo. Igualmente ocurre en temas intelectuales.

Hoy en día la masa es “todo el mundo” y quien no pertenezca a ella simplemente es indecente por ser diferente.

II
LA SUBIDA DEL NIVEL HISTÓRICO

Por primera vez ocurre un hecho con tal nivel de semejanza: La historia del Imperio romano es también la historia de la subversión, del imperio de las masas, que absorben y anulan a las minorías dirigentes y se colocan en su lugar.

Vivimos en el imperio de las masas

Las masas ejercitan hoy un repertorio vital que coincide en gran parte con el que antes parecía reservado exclusivamente a las minorías; segunda, al propio tiempo, las masas se han hecho indóciles frente a las minorías: no las obedecen, no las siguen, no las respetan, sino que, por el contrario, las dan de lado y las suplantan.

La vida humana, en totalidad, ha ascendido. El soldado del día,
Diríamos, tiene mucho de capitán; el ejército humano se compone ya de capitanes. Basta ver la energía, la resolución, la soltura con que cualquier individuo se mueve hoy por la existencia, agarra el placer que pasa, impone su decisión. De allí que se diga el nivel de la historia ha subido.

El autor compara dicha elevación del nivel histórico entre continentes y explica que de todo el continente americano al nivelarse con el europeo ha salido ganando. Esta nivelación se basa en que el europeo entiende la vida del americano.

III LA ALTURA DE LOS TIEMPOS

Se refiere al tiempo vital, a la que cada generación llama “nuestro tiempo” este tiempo tiene cierta altitud porque se eleva sobre el ayer, o se mantiene a la par o cae por debajo.

El hombre es capaz de valorar el tiempo pasado, presente, y futuro lo que le hace suponer a “su tiempo” alto o no.

Ni todas las edades se han sentido inferiores a las del pasado,  ni superiores. Cada edad histórica manifiesta  una sensación diferente en ese extraño fenómeno de altitud vital.

El hombre para señalar tiempos mejores por lo general se refiere al pretérito “la edad de oro”  de Grecia y Roma, o el clásico, lo que nos da entender que el hombre siempre se ha considerado a su tiempo,  decaído o falto de plenitud.

En el imperio romano este sentir de decadencia se agravia. La situación de la nación era  debilitada. En la actualidad vivimos en una época de impresión vital que se opone completamente a eso.

Se llama “plenitud de los tiempos” a la madurez de la vida histórica, este tiempo viene como resultado de los tiempos pasados que  han sido de oscuridad o decadencia.

Viéndolo de esa manera entonces los tiempos inferiores han sido para las personas de la época tiempos de esfuerzo, cansancio, falsa esperanza, desgaste. Así se ve la edad media en el siglo XIX.

Actualmente según el autor vivimos en un tiempo que viene después  de la plenitud, por lo que se podría considerar que es un tiempo que cae de la plenitud en decadencia.
Para que exista un “tiempo de plenitud” es necesario que un deseo antiguo se vaya arrastrando anhelante desde siglos hasta que un día quede satisfecho.  Ahora, cuando el tiempo queda satisfecho, ya no hay nada que desee más, su plenitud se convierte en conclusión, de allí que estas etapas de júbilo terminen siendo de enorme tristeza.

Luego del crecimiento de un deseo tan altamente gestado llega el siglo XIX y parece al cabo realizarse, denominándose a sí mismo “cultura moderna”. Haciéndose erróneamente sentir el último, el definitivo. Nuestro tiempo no se siente el definitivo, el se escapa continua.

Esa melancolía que caracterizaba los tiempos pasado por los tiempos pasados ya ha sido eliminada, en la actualidad parecemos vivir en un tiempo imprevisible, hallando así en esa imposibilidad de predecir, la plenitud de la vida.

Sin embargo hay quienes diagnostican la decadencia dejándose llevar por el pasado histórico y político, creyendo que las historias pasadas se resumen en eso. Para ellos: la decadencia es un estado comparativo, dicha comparación se puede hacer desde infinidad de puntos. Existen puntos de vista que si bien no son equívocos son arbitrarios.

Una vida que no prefiere ninguna de antes,  sino que se prefiere a sí misma, no puede en el sentido serio llamarse decadente. Y esta sensación extrañísima es propia exclusivamente de nuestros tiempos.

El hombre del presente siente que su vida es más vida que todas las antiguas. No es que se sienta decadente sino que de sentirse tan vivida ha perdido respeto por los tiempos pasados. De ahí que nos encontremos con la primera época que no reconoce el clasicismo, ni un pasado moderno. Parece un tiempo de niñez. Los modelos, las normas, las pautas no sirven.

¿Cuál es, en resumen, la altura de nuestro tiempo?

No es plenitud y se siente como la más enorme plenitud. Nuestra época cree estar por encima de las pasadas, pero al mismo se siente niño, un comienzo. Es mas que los demás tiempos e inferior a sí misma, además es fortísima e insegura de su destino. Orgullosa de sus fuerzas y a la vez temiéndolas.

 IV EL CRECIMIENTO DE LA VIDA

El imperio de las masas y el ascenso de nivel, la altitud del tiempo que el anuncia no son más que síntomas del crecimiento del mundo, y en el de la vida también. Este se ha mundializado, el hombre ya no es aislado cerrado en sí y su región. Esta proximidad con lo lejano a eliminado los límites de la vida.

El mundo a su vez también ha crecido temporalmente, ahora a través de las pantallas y los periódicos podemos conocer y divulgar fósiles, evidencias de vidas milenarias, etc.

Se han anulados las limitaciones espacio-temporales, a los tiempos pasados los vivificamos, hacemos posible su aprovechamiento vital, podemos estar en más sitios que antes, consumir en menos tiempo vital más tiempo cósmico.

Pero en definitiva el crecimiento del mundo consiste en la inclusión de más cosas: tómese la palabra en su más amplio sentido- es algo que se puede desear, intentar, hacer, deshacer, encontrar, gozar o repeler; nombres todos que significan actividades vitales.

Si nos centramos en una de ellas comprar. Nos daríamos cuenta de la gran diferencia que existe entre las compras del pasado y las del presente. La actividad de comprar concluye en decidirse por un objeto; pero, por lo mismo, es antes una elección, y la elección comienza por darse cuenta de las posibilidades que ofrece el mercado.

Nuestra vida es, en todo instante y antes que nada, conciencia de lo que nos es posible. Si en cada momento no tuviéramos delante más que una sola posibilidad, carecería de sentido llamarla así. Sería más bien pura necesidad. Al ambiente de posibilidades determinadas  le llamamos circunstancias. Toda vida es hallarse dentro de las circunstancias o mundo. Mundo es el repertorio de nuestras posibilidades
Vitales, representa nuestra potencialidad vital, que debe concretarse para realizarse. O que seamos una parte de lo que podríamos ser. De allí que el mundo nos parezca tan inmenso.

Se puede entonces hacer notar cómo ha crecido la vida del hombre en la dimensión de potencialidad. Cuenta con un ámbito de posibilidades fabulosamente mayor que nunca.
En el orden intelectual existen más problemas, más datos, más caminos de ideacion, más puntos de vista. Lógicamente el número de oficios en comparación a la antigüedad se ha aumentado masivamente. Para le hombre las posibilidades de gozar han aumentado.

A nivel deportivo, la potencialidad vital es obvia, el organismo del hombre actual parece estar más capacitado, igualmente sucede con la ciencia o la física.  Y este crecimiento extensivo se debe a un crecimiento intensivo en la previsión científica.

La conciencia del hombre actual, su tono vital, consiste en sentirse con mayor potencialidad que nunca y parecerle todo lo pretérito afectado de enanismo.

Toda esta descripción  ha sino necesaria para argumentar la no decadencia del mundo en la actualidad. Esas decadencias menguantes no lo son, decadencia es solo una y es absoluta: la que consiste en una vitalidad menguante; y ésta sólo existe cuando se siente.

Esta razón empuja al autor a considerar un fenómeno que suele desatenderse: la conciencia o sensación de que toda época tiene de su altitud vital.

Algunos siglos han sentido plenitud delante de otros, o al contrario, inferioridad. Pero el tiempo presente se desentiende de la plenitud del pasado y se considera a sí mismo superior. Esto debemos comprenderlo para entender a nuestro tiempo, porque este es precisamente su problema: vivimos en un tiempo capaz de realizar pero no sabe que realizar. Domina todas las cosas, pero no es dueño de sí mismo. Se siente perdido en su propia abundancia. Con más medios, más saber, más técnicas que nunca, resulta que el mundo actual va puramente a la deriva. De ahí esa dualidad característica de prepotencia e inseguridad. Todo es posible, hasta el retroceso. no sería esto un mal síntoma: significaría que volvemos a tomar contacto con la inseguridad esencial de vivir.

No podrá extrañar que hoy el mundo parezca vaciado de proyectos, anticipaciones e ideales. Nadie se preocupó de prevenirlos. Tal ha sido la deserción de las minorías directoras, que se halla siempre al reverso de la rebelión de las masas.


V UN DATO ESTADISTICO

El diagnóstico de nuestro tiempo: una vida de posibilidades, es magnífica, exuberante, superior a todas las históricamente conocidas, más por lo mismo ha desbordado todos sus principios, normas e ideales. No se orienta por el pasado sino para un futuro.

La vida, además, es decidir entre las posibilidades lo que en efecto vamos a ser. La circunstancia y decisión son los dos elementos radicales de que se compone la vida. El mundo nos fuerza a elegir, incluso al no elegir se elige la no elección. Por ello es falso decir que las circunstancias eligen por nosotros. Al contrario: las circunstancias son el dilema, siempre nuevo, ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter. Igual sucede en la vida colectiva las decisiones que se tomen se decidirán del carácter de la sociedad o del hombre dominante en ella en nuestro tiempo domina el hombre-masa. Eso no acontecía en la época de la democracia, en el sufragio universal no deciden las masas, sino que su papel consistió en adherirse a la decisión de una u otra minoría. Estos presentaban sus programas que eran proyectos de vida colectiva.

Hoy acontece una cosa muy diferente. En los países donde el triunfo de las masas ha avanzado más, se vive políticamente al día.  El poder público se halla en manos de un representante de masas. Estas son tan poderosas, que han aniquilado toda posible oposición. Y sin embargo el poder público, el gobierno, vive al día, sin proyecto. De allí que su actuación se  reduzca a esquivar el conflicto de cada hora; no a resolverlo, sino a escapar de él por de pronto, empleando los medios que sean, aun a costa de acumular, con su empleo, mayores conflictos sobre la hora próxima. Así ha sido siempre el poder público cuando ejercido por las masas: omnipotente y efímero. El hombre-masa es el hombre cuya vida carece de proyectos y va a la deriva. Por eso no construye nada, aunque sus posibilidades, sus poderes, sean enormes.


Este es el tipo de hombre que decide en la actualidad por lo que es preciso comprender su carácter. Por ello es válido preguntamos: ¿De dónde han venido todas estas muchedumbres que ahora llenan y rebosan el escenario histórico?

Provienen del gran crecimiento de la población, a esto ha de sumársele el crecimiento de la vida que ya se ha explicado. Lo que importa en este crecimiento es la vertiginosidad de él. Eso significa que a esa inmensidad de hombres no se les ha podido saturar de cultura tradicional. Se les han dado instrumentos para vivir intensamente, pero no sensibilidad para los grandes deberes históricos.

Se concluye entonces que

·         la democracia liberal fundada en la creación técnica es el tipo superior de vida pública hasta ahora conocido
·         ese tipo de vida no será el mejor imaginable, pero el que imaginemos mejor tendrá que conservar lo esencial de aquellos principios;
·         es suicida todo retorno a formas de vida inferiores a la del siglo XIX.


El siglo XIX estaba constituido por hombres masas rebeldes que ponían en peligro inminente los principios mismos a que debieron la vida. Si ese tipo humano sigue dueño de Europa y es, definitivamente, quien decide, bastarán treinta años para que nuestro continente retroceda a la barbarie y en lugar de existir en un mundo repleto de posibilidades la vida se contraerá.

VI COMIENZA LA DISECCION DEL HOMBRE MASA

La historia es previsible, el hombre masa desde el pretérito se veía venir. El aspecto principal de la vida del hombre masa se basa en absoluta facilidad material, aparece el confort y el orden público. En lo civil y moral, el hombre medio, desde la segunda mitad del siglo XIX, no halla ante sí barreras sociales ningunas. Nadie le obliga a contener su vida. Se crea un nuevo escenario para la existencia del hombre, nuevo en lo físico y en lo social. Tres principios han hecho posible ese nuevo mundo: la democracia liberal, la experimentación científica y el industrialismo. Los dos últimos se resumen en:la técnica.
El mundo del hombre nuevo además de eliminar toda limitación sugiere a sus habitantes una seguridad radical en que mañana será aún más rico, más perfecto y más amplio, como si gozase de un espontáneo e inagotable crecimiento. El hombre cree que todos los inventos provienen en lugar de la técnica y el trabajo humano: de la naturaleza.

Esto nos lleva a apuntar en el diagrama psicológico del hombre-masa actual dos primeros rasgos:
1.    la libre expansión de sus deseos vitales -por lo tanto, de su persona
2.    la radical ingratitud hacia cuanto ha hecho posible la facilidad de su existencia

 La criatura sometida a este régimen no tiene la experiencia de sus propios confines. A fuerza de evitarle toda presión en derredor, todo choque con otros seres, llega a creer efectivamente que sólo él existe, y se acostumbra a no contar con los demás, sobre todo a no contar con nadie como superior a él.

La tesis que plantea el autor es entonces que el esfuerzo de los hombres del XIX es origen de que en la actualidad el hombre masa sea desagradecido e ignorantes. No les preocupa más que su bienestar, y, al mismo tiempo, son insolidarias de las causas de ese bienestar.

VII VIDA NOBLE Y VIDA VULGAR O  ESFUERZO E INERCIA

En torno al mundo actual se van a formar almas contemporáneas contrarias a como se formaron las antiguas. Estas almas se basan en  el concepto de que vivir es no encontrar limitación alguna, por lo tanto, abandonarse tranquilamente a sí mismo. Prácticamente nada es imposible, nada es peligroso y, en principio, nadie es superior a nadie. Él está satisfecho tal y como es. No apela nada.

Los obres excelentes, los selectos contrario a lo que se cree viven para servir, servir significa esforzarse por algo para algo. El concepto de nobleza que se maneja en la actualidad está bastante descarrilado. El noble originario se obliga a sí mismo a ser, a actuar, y al noble hereditario le obliga la herencia. Nobleza significa superación. De esta manera, la vida noble queda contrapuesta a la vida vulgar o inerte, que, estáticamente, se recluye en sí misma, condenada a perpetua inmanencia, como una fuerza exterior no la obligue a salir de sí. De aquí que llamemos masa a este modo de ser hombre, no tanto porque sea multitudinario, cuanto porque es inerte.

El hombre masa actual, además de ser como las demás masas, quiere y se hace parecer excelente.

El mundo organizado por el siglo XIX, al producir automáticamente un hombre nuevo, ha metido en él formidables apetitos, poderosos medios de todo orden para satisfacerlos. Después de haber metido en él todas estas potencias, el siglo XIX lo ha abandonado a sí mismo, y entonces, siguiendo el hombre medio su índole natural, se ha cerrado dentro de sí. Se crea entonces una masa mucho más fuerte que la de otras épocas, una totalmente indócil.

En un futuro, el hombre masa será totalmente incapaz de dejarse dirigir, es posible que la buena voluntad se asome en los tiempos difíciles pero ni eso tendrá éxito. Porque la textura radical de su alma está hecha de hermetismo e indocilidad, porque les falta, de nacimiento, la función de atender a lo que está más allá de ellas, sean hechos, sean personas. Querrán seguir a alguien, y no podrán. Querrán oír, y descubrirán que son sordas.

Por otra parte es muy posible que el hombre vigente sea incapaz de mantener la civilización actual puesto que mal puede gobernarlo este hombre medio que ha aprendido a usar muchos aparatos de civilización, pero que se caracteriza por ignorar de raíz los principios mismos de la civilización.

VII POR QUÉ LAS MASAS INTERVIENEN EN TODO, Y POR QUÉ SÓLO INTERVIENEN VIOLENTAMENTE

El mecanismo de la obliteración

Se trata de hermetismo intelectual. La persona se encuentra con un repertorio de ideas dentro de sí. Decide contentarse con ellas y considerarse intelectualmente completa. Al no echar de menos nada fuera de sí, se instala definitivamente en aquel repertorio.

El hombre actual no duda de su propia plenitud, no se compara con otros seres, muhco menos ve insuficiencia en el mismo. 

Si bien el hombre actual tienen una gran capacidad intelectiva, el hecho de saber que la  posee lo cierra en sí mismo y no usarla. Además no hay cuestión de vida pública donde no intervenga, ciego y sordo como es, imponiendo sus «opiniones>>

Vale la pena preguntarse si ¿No representa una progreso enorme que las masas tengan «ideas», es decir, que sean cultas? La respuesta es: en manera alguna.

Las «ideas» de este hombre medio no son auténticamente ideas, ni su posesión es cultura. La idea es un jaque a la verdad. Quien quiera tener ideas necesita antes disponerse a querer la verdad y aceptar lo que ella imponga. No vale hablar de ideas u opiniones donde no se admite una instancia que las regula. Estas normas son los principios de la cultura. La barbarie es ausencia de normas y de posible apelación, de ahí que no asombre el hecho de que en aquellos países donde se suscita la rebelión de las masas habrá una barbarie.

Cualquiera puede darse cuenta de que en Europa, desde hace años, han empezado a
pasar «cosas raras».  Por ejemplos: movimientos políticos, como el sindicalismo y el fascismo. Bajo las especies de sindicalismo y fascismo aparece por primera vez en Europa un tipo de hombre que no quiere dar razones ni quiere tener razón, sino que, sencillamente, se muestra resuelto a imponer sus opiniones. He aquí lo
nuevo: el derecho a no tener razón, la razón de la sinrazón. Esta puede ser la manifestación más palpable del nuevo modo de ser las masas, por haberse resuelto a dirigir la sociedad sin capacidad para ello.

La clave está en el hermetismo intelectual. El hombre medio se encuentra con «ideas» dentro de sí, pero carece de la función de idear. Ni sospecha siquiera cuál es el elemento utilísimo en que las ideas viven. Quiere opinar. De aquí que sus «ideas» no sean efectivamente sino apetitos con palabras.

El hombre nuevo se sentiría perdido si se aceptase una discusión, porque no es capaz de crear ideas mediante razonamientos inteligibles. No hay debate, no hay cultura, no hay convivencia, solo barbarie. El hermetismo del alma empuja a la persona a la intromisión en la vida pública y este mecanismo de intervención es la acción directa.  Dicha «acción directa» consiste en invertir el orden y proclamar la violencia como única razón. La masa siempre ha actuado con la acción directa.

En el trato social se suprime la «buena educación». La literatura como «acción directa» se constituye en el insulto. Las relaciones sexuales reducen sus trámites.

El liberalismo, el sistema demócrata, etc. No son ejercicios prácticos en el hombre nuevo, eso implica convivencia, diálogo, debate y como se expuso esto es imposible que venga de él.


IX PRIMITIVISMO Y TÉCNICA

La rebelión de las masas puede, en efecto, ser tránsito a una nueva y sin par organización de la humanidad, pero también puede ser una catástrofe para el destino humano. Es preciso evitar el pecado mayor de los que dirigieron el siglo XIX: la defectuosa conciencia de su responsabilidad, que les hizo no mantenerse alerta y en vigilancia.
El hombre actual posee un total desinterés por la civilización, mas no por sus productos.

¿Qué nos significa situación tan paradójica?

Significa que el hombre hoy dominante es un primitivo, un Naturmensch emergiendo en medio de un mundo civilizado. Lo civilizado es el mundo, pero su habitante no lo es: ni siquiera ve en él la civilización, sino que usa de ella como si fuese naturaleza. El nuevo hombre desea el automóvil y goza de él; pero cree que es fruta espontánea de un árbol.

Sin embargo siempre se habla de los fabulosos avances de la técnica, ¿qué sucede con esto?

Spengler cree que la técnica puede seguir viviendo cuando ha muerto el interés por los principios de la cultura. El autor de su ensayo lo refuta. Para el la técnica es, consustancialmente, ciencia, y la ciencia no existe si no interesa en su pureza y por ella misma, y no puede interesar si las gentes no continúan entusiasmadas con los principios generales de la cultura. La técnica solo podrá sobrevivir un rato de manera inerte sin la cultura. Es necesaria la existencia de almas nobles, hombres sirvientes, para producir ciencia y así finalmente la técnica.

Lo más alarmante es que este despego hacia la ciencia como tal, aparece, quizá con mayor claridad  en la masa de los técnicos mismos -de médicos, ingenieros, etc., los cuales suelen quienes suelen ejercer su profesión con un estado de espíritu idéntico en lo esencial al de quien se contenta con usar del automóvil o comprar el tubo de aspirina,  sin la menor solidaridad íntima con el destino de la ciencia, de la civilización.

X PRIMITIVISMO E HISTORIA

La civilización a diferencia de la naturaleza no se sostiene por sí sola, necesita de las personas ya que es un artificio. La naturaleza, la selva es barbarie y por ende contraria a la civilización

El hombre-masa cree que la civilización en que ha nacido y que usa es tan espontánea
y primigenia como la naturaleza, e ipso facto se convierte en primitivo.

Los principios en que se apoya el mundo civilizado  no existen para el hombre medio actual. No le interesan los valores fundamentales de la cultura, no se hace solidario de ellos, no está dispuesto a ponerse en su servicio. ¿Cómo ha pasado esto? La principal y única causa que explica el autor a pesar de señalar que son muchas es: el hecho de que la civilización cuanto más avanza se hace más compleja y más difícil.

 Ahora el hombre es quien fracasa por no poder seguir emparejado con el progreso de su misma civilización. Como se ha descrito antes cuanto mas avance haya habrá mas problemas más sin embargo al complicarse los problemas se van perfeccionando también los medios pata resolverlos. Pero es una necesidad que cada nueva generación se haga dueña de esos medios adelantados. Uno de ellos el reconocer y saber del pasado, de la historia, para así poder evitar los errores que ha futuro pueden presentarse de nuevo. Un ejemplo de esto es la ideología comunista, fascista, etc.

XI LA ÉPOCA DEL «SEÑORITO SATISFECHO»

El hombre vulgar, antes dirigido, ha resuelto gobernar el mundo. Si analizamos la estructura psicológica de este nuevo tipo de hombre-masa encontramos lo siguiente
1.    una impresión nativa y radical de que la vida es fácil, sobrada, sin limitaciones trágicas; por lo tanto, cada individuo medio encuentra en sí una sensación de dominio y triunfo que
2.    le invita a afirmarse a sí mismo tal cual es, dar por bueno y completo su haber moral e intelectual. Este contentamiento consigo le lleva a cerrarse para toda instancia exterior, a no escuchar, a no poner en tela de juicio sus opiniones y a no contar con los demás. Su sensación íntima de dominio le incita constantemente a ejercer predominio. Actuará, pues, como si sólo él y sus congéneres existieran en el mundo
3.    Intervendrá en todo imponiendo su vulgar opinión sin miramientos contemplaciones, trámites ni reservas, es decir, según un régimen de «acción directa

Este personaje, que ahora anda por todas partes y dondequiera impone su barbarie intima, es, en efecto, el niño mimado de la historia humana. Un heredero que se comporta como tal. La herencia es la civilización –las comodidades, la seguridad en suma, las ventajas de la civilización.

El está condenado a representar al otro, por lo tanto, a no ser ni el otro ni él mismo. Su vida pierde, inexorablemente, autenticidad, y se convierte en pura representación de ficción  de otra vida.

La forma más contradictoria de la vida humana que puede aparecer en la vida humana es el «señorito satisfecho». Por eso, cuando se hace figura predominante, es preciso dar la voz de alarma y anunciar que la vida se halla amenazada de degeneración; es decir, de relativa muerte. Pues bien: el «señorito satisfecho» se caracteriza por «saber» que ciertas cosas no pueden ser y, sin embargo, y por lo mismo, fingir con sus actos y palabras la convicción contraria.

XII LA BARBARIE DEL ESPECIALISMO

Recordamos que el hombre masa viene de la mano de la Democracia Liberal y de la técnica. Esta última estaba dividida en Capitalismo y Ciencia Experimental. La raza europea ha surgido gracias entre otras cosas a esta Ciencia experimental. El dato del crecimiento de la población europea del capítulo V bien se puede justificar por este motivo. En este capítulo nos vamos a encontrar con una incongruencia: el hombre ciencia es el prototipo de hombre masa. ¿Puede ser esto posible? Sí, pues la ciencia le convierte en hombre masa. No la ciencia en sí, que está formada por numerosas “piezas” de diferentes hombres de nivel intelectual medio, sino la especialización.

Cuando un científico necesita resolver una situación que se plantee se recluirá en su laboratorio para desentenderse del mundo por completo y con su autosuficiencia llegar a la solución. Se convertirá en un especialista. Este especialista formaría un grupo aparte de personas: no sería un ignorante puesto que es un “hombre de ciencias”, pero tampoco es un sabio porque ignora todo lo que hay fuera de su especialidad. Esta ignorancia de todo lo demás le convierte en una persona cerrada en su mundo y autosatisfecho ¿no es este el prototipo de hombre masa? Si este hombre intentara triunfar en otras materias se comportaría como el hombre masa que es. La barbarie de la especialización de la que habla el título se refiere a este hecho, con la especialización estamos creando más hombres masa. Sin los hombres ciencia el avance no es posible.

XIII EL MAYOR PELIGRO EL ESTADO

Hoy en día el mundo está gobernado por hombres excelentes (físicos). Gasset plantea que solamente cuando gobiernen los filósofos se podrá salvar la humanidad. Ellos son los que reúnen las características para ser gobernantes. Las masas necesitan de alguien que les gobierne. Ellas no pueden actuar por sí solas, eso sería ir contra su propia naturaleza. Pero acontece que se está revelando contra ella misma y eso es un problema. De aquí el título de este ensayo “la rebelión de las masas”

¿Qué sucede cuando la masa actúa por sí sola? Ya lo hemos dicho anteriormente, que lo hace con violencia. No podemos dejar que se haga una doctrina con la violencia por bandera. ¿Cómo conseguiríamos frenar esta violencia? Se frenaría con la llegada de las masas al poder. Al igualarse el poder Social y el poder Público no hay motivos para revoluciones.

 Actualmente el Estado funciona eficientemente ya que el hombre masa sabe que está ahí para socorrerle en cuantos apuros se pueda involucrar. El hombre masa ahora no actuará espontáneamente ante un problema, sino que recurrirá al estado creyendo que este se lo solucionará. La sociedad vivirá para el estado. El estado degenera la manera de vivir de la masa aun sabiendo que él depende de esta masa. La paradoja está servida: la sociedad crea un estado para vivir mejor y este se pone por encima de la sociedad haciéndola vivir para él.


SEGUNDA PARTE


XIV
¿QUIÉN MANDA EN EL MUNDO


La civilización europea -he repetido una y otra vez ha producido automáticamente la
Rebelión de las masas. la rebelión de las masas es una y misma cosa con el crecimiento fabuloso que la vida humana ha experimentado en nuestro tiempo, es una y misma cosa con la desmoralización radical de la humanidad.


Primera parte

El mando es el ejercicio normal de la autoridad. El cual se funda siempre en la opinión pública. Jamás ha mandado nadie en la tierra nutriendo su mando esencialmente de otra cosa que de la opinión pública

Quien manda en el mundo ejerce, en efecto, su influjo autoritario sobre todo él. De ahí que Gasset señale que es Europa quien manda a nivel mundial. Del grupo homogéneo formado por los pueblos europeos durante tres siglos. Europa mandaba, y bajo su unidad de mando el mundo vivía con un estilo unitario, o al menos progresivamente unificado.
¿Pero qué pasa cuando la opinión pública no existe?

Una sociedad dividida en grupos discrepantes, cuya fuerza de opinión queda recíprocamente anulada, no da lugar a que se constituya un mando. Y como a la naturaleza le horripila el vacío, ese hueco se llena con la fuerza bruta.

En la Edad Media no mandaba nadie en el mundo temporal. Es lo que ha pasado en todas las edades medias de la historia. Por eso representa siempre un relativo caos y una relativa barbarie, un déficit de opinión.

En estas jornadas de la posguerra comienza a decirse que Europa no manda ya en el mundo. Con esto se anuncia un posible desplazamiento de poder.  

Segunda parte

El autor plantea que en estos años Europa siente graves dudas sobre si manda o no, sobre si mañana mandará.

¿Qué sucede?

Europa había creado un sistema de normas cuya eficacia y fertilidad han demostrado los siglos. Esas normas no son, ni mucho menos, las mejores posibles. Pero son, sin duda, definitivas mientras no existan o se columbren otras. Para superarlas es inexcusable parir otras. Ahora los pueblos-masa han resuelto dar por caducado aquel sistema de normas que es la civilización europea, pero como son incapaces de crear otro, no saben qué hacer.

Tercera parte

Se presenta esta situación en el mundo: Corre el “runrún” de que ya no rigen los mandamientos europeos y en vista de ello las gentes -hombres y pueblos- aprovechan la ocasión para vivir sin imperativos.

Europa -se dice deja- de mandar, y no se ve quién pueda sustituirla. Con su decadencia el mundo termina desmoralizándose.

Sin mandamientos que nos obliguen a vivir de un cierto modo, queda nuestra vida en pura disponibilidad. Esta es la horrible situación íntima en que se encuentran ya las juventudes mejores del mundo. De puro sentirse libres, exentas de trabas, se sienten vacías.

Sera necesario entonces una nación que impere sobre todas. Pero ¿Cuál podría sustituir a Europa? Gasset plantea la posibilidad que la posición preeminente en el mundo pase a ocuparla los Estados Unidos o quizá Rusia, aunque también lo desestima porque cree su idiosincrasia la han tomada de la europea.
La solución la denomina “Estados Unidos de Europa”.  Actualmente nos encontramos en una situación similar. El viejo continente está menguando y esta potencial unión que plantea Ortega y Gasset, no está conjeturando una alternativa válida.

Cuarta Parte

Europa ha aflojada su presión sobre el mundo. Pero el resultado ha sido contrario a lo que podía esperarse. Librada a sí misma, cada vida se queda en sí misma, vacía, sin tener qué hacer. Y como ha de llenarse con algo, se finge frívolamente a sí misma, se dedica a falsas ocupaciones, que nada íntimo, sincere, impone.

El mando consiste en una presión que se ejerce sobre los demás. Pero no consiste sólo en esto. Si fuera esto sólo, sería violencia. No se olvide que mandar tiene doble efecto: se manda a alguien, pero se le manda algo. Y lo que se le manda es, a la postre, que participe en una empresa, en un gran destino histórico.

Por otra parte obedecer no es aguantar, sino, al contrario, estimar al que manda y seguirlo, solidarizándose con él, situándose con fervor bajo el ondeo de su bandera.

Obedecer y mandar van de la mano y se exigen para el desarrollo mundial humano.

Quinta parte

Gasset señala que la causa de la decadencia europea es puramente
Íntima y paradójica, ya que la presunción de haber menguado nace, precisamente, de que ha crecido su capacidad, y tropieza con una organización antigua, dentro de la cual ya no cabe.

Europa crece y antes percepción de su crecimiento proyectada en otras naciones se ve decadente. Gasset plantea  la necesidad de superar las fronteras políticas europeas para evitar la decadencia de las naciones del viejo continente.


Sexta Parte

 Gasset comienza contando el origen de las urbes modernas y de cómo el hombre con el paso del tiempo se ha ido alejando cada vez más de la vida del campo, incluso llevando el campo a la ciudad. Explica, además, que el estado no es algo que haya surgido de la nada, sino que se ha ido fraguando a lo largo del tiempo. El autor también teoriza brevemente sobre la aparición del estado y la necesidad, nuevamente, de avanzar hacia una unión política para solucionar los problemas del pueblo europeo.

Séptima parte

La pérdida de perspectiva respecto a la sociedad  es el nuevo problema de la sociedad actual.
La realidad que llamamos Estado no es la espontánea convivencia de hombres que la consanguinidad ha unido. El Estado empieza cuando se obliga a convivir a grupos nativamente separados. Esta obligación no es desnuda violencia, sino que supone un proyecto iniciativo, una tarea común que se propone a los grupos dispersos. Antes que nada es el Estado proyecto de un hacer y programa de colaboración. Se llama a las gentes para que juntas hagan algo. El Estado no es consanguinidad, ni unidad lingüística, ni unidad territorial, ni contigüidad de habitación. No es nada material, inerte, dado y limitado. Es un puro dinamismo, la voluntad de hacer algo en común.

Gasset señala que forma parte activa del Estado, es sujeto político, todo el que preste adhesión a la empresa -raza, sangre, adscripción geográfica, clase Social, quedan en segundo término-. No es la comunidad anterior, pretérita, tradicional o inmemorial -en suma, fatal e irreformable-, la que proporciona título para la convivencia política, sino la comunidad futura en el efectivo hacer. No lo que fuimos ayer, sino lo que vamos a hacer mañana juntos, nos reúne en Estado.

Es por ello que el autor reclama nuevamente en la necesidad de unirnos para intentar los problemas que acaecen al nuevo mundo,

Octava parte

El proceso creador de naciones ha llevado siempre en Europa este ritmo

1.    El peculiar instinto occidental, que hace sentir el Estado como fusión de varios pueblos en una unidad de convivencia política y moral, comienza a actuar sobre los grupos más próximos geográfica, étnica y lingüísticamente. No porque esta proximidad funde la nación, sino porque la diversidad entre próximos es más fácil de dominar
2.    Período de consolidación, en que se siente a los otros pueblos más allá del nuevo Estado como extraños y más o menos enemigos. Es el período en que el proceso nacional toma un aspecto de exclusivismo, de cerrarse hacia dentro del Estado; en suma, lo que hoy llamamos nacionalismo. Poco a poco se va destacando en el horizonte la conciencia de que esos pueblos enemigos pertenecen al mismo círculo humano que el Estado nuestro.
3.    El Estado goza de plena consolidación. Entonces surge la nueva empresa: unirse a los pueblos que hasta ayer eran sus enemigos. Crece la convicción de que son afines con el nuestro en moral e intereses, y que juntos formamos un círculo nacional frente a otros grupos más distantes y aún más extranjeros. He aquí madura la nueva idea nacional

La crítica que hace Gasset es que  para crear una verdadera unión en Europa hace falta que las naciones abogen por el bien de todo y no su propio interés


9na Parte
En esta sección el autor nuevamente recalca la necesidad de avanzar hacia la unión de Europa y, a continuación, repasa algunas de las tesis que ha planteado a lo largo de la obra. Entre ellas las mencionadas: el problema de la desmoralización y la rebelión de las masas que conlleva, así como la importancia del momento histórico y del posible proyecto europeo que defiende.


XV SE DESEMBOC LA VERDADERA CUESTIÓN


La sociedad fecunda personas desmoralizadas. Pero en verdad no sucede que no exista la moral (amoral), sino que se tiene una moral negativa, así lo explica el:

De la moral no es posible desentenderse sin más ni más. Lo que con un vocablo falto hasta de gramática se llama amoralidad es una cosa que no existe. Si usted no quiere supeditarse a ninguna norma, tiene usted, velis nolis, que supeditarse a la norma denegar toda moral, y esto no es amoral, sino inmoral. Es una moral negativa que conserva de la otra la forma en hueco”

Europa se ha quedado sin moral, esta es la verdad de la que parte Gasset. Y en la actualidad el hombre masa está aún viviendo precisamente de esa moralidad que niega y otros construyeron o acumularon.


Ensayo

En el video anterior, Julio Ligorria, un estratega de origen guatemalteco, destacado en el manejo de crisis, hace un pequeño análisis de la obra de Ortega y Gasset y la traslada netamente a las políticas actuales que se manejan en Latinoamérica. Ligorria inicia su discurso explicando cómo Gasset a través de su ensayo logro describir la situación que se presentó hace varias décadas en países de Europa en donde el pueblo ante el descontento en la labor gubernamental, alzo su voz en protesta y exigió su lugar en el poder; rebelándose contra la autoridad, de allí el nombre: rebelión de las masas. Ligorria recalca el máximo ideal de Ortega y Gasset: la existencia de personas que puedan ser líderes ilustrados, que con mano dura pudieran asumir la dirección de los asuntos públicos. Liderazgo perdido con el nacimiento del hombre masa quien logró imponer su ley, basada en su propia opinión y no la del pueblo. Ligorria explica como aun en la actualidad en muchos países de América Latina parece renacer la rebelión de masas que años antes había tenido lugar en otros continentes. Tal como lo señala Gasset, esa masa que antes se alzó y lo hace ahora, no pretendía la demolición del estado, sino que exigía un cambio profundo en la manera en la que se administraba ese estado. Llevándolo a un contexto actual, Ligorria comenta que quizás esto describa el derrocamiento de regímenes en Latinoamerica y pone como ejemplo un caso que se nos hace íntimo, el de Carlos Andres Perez, ex presidente de Venezuela. La descripción que hace Ligorria ya de por sí es bastante similar por el hecho de que se trate de Venezuela. Continuando con su análisis Ligorria explica con detalle como los pueblos se rebelan. Primeramente explica que el pueblo se siente de cierta manera desconsolado, indefenso. Se siente sin líderes, a tal punto que no cree en la política y sus representantes, el cansancio los agobia y no son capaces de resistir al bombeo político e incapaz de dar verdaderas respuestas, ante esto solo desea que aparezca alguien en escena capaz de solucionar con rapidez los problemas de la nación, desea que se aplique justicia, el aumento del empleo, una correcta administración de los recursos del estado, una lucha contra la corrupción, etc. En si la mejoría del estado, y quiere además, que todo esto, sea corroborado por la gente, por el pueblo mismo. No quiere más respuestas estereotipadas por parte de los políticos.

Ligorria describe la situación del pueblo guatemalteco el cual desde su perspectiva en gobiernos anteriores se ha visto subyugado por un régimen corrupto, de instituciones públicas mediocres, incluso capaz de emplear la violencia en repetitivas ocasiones.

Tal parece que Ligorria describiese no la situación de Guatemala en su momento, sino de Venezuela en la actualidad.

 De todos los males antes mencionados ha sido testigo y victima el pueblo venezolano, que muy recientemente, parece alzarse en una sola voz ante la autoridad. Todo esto ha sucedido sin previo aviso y probablemente se deba a lo que alertaba Ortega y Gasset: la pérdida de confianza en los lideres; ya muy pocas veces estos poseen más voz o autoridad que el ciudadano de a pie. Todo esto nos lleva a preguntarnos si verdaderamente somos una sociedad masa, si estamos siendo testigos de una historia que se repite, si es posible que los síntomas de la rebelión de masas, más temprano que tarde se hagan causales de una verdadera insubordinación…todo parece indicar que efectivamente vivimos en la actualidad una rebelión de masas.